El mindfulness, o atención plena, es una práctica que implica centrarse en el momento presente de manera consciente y sin juicio. Esta técnica puede aplicarse a muchas áreas de la vida, incluida la alimentación. Practicar mindfulness durante las comidas puede transformar tus hábitos alimenticios y mejorar tu relación con la comida.
La alimentación consciente implica prestar atención a los colores, olores, sabores y texturas de los alimentos, así como a las señales de hambre y saciedad del cuerpo. Esta práctica puede ayudarte a reconocer cuándo estás realmente hambriento y cuándo estás satisfecho, lo que puede prevenir el comer en exceso y promover una digestión saludable.
Un estudio publicado en Appetite mostró que las personas que practican la alimentación consciente tienden a tener un menor índice de masa corporal (IMC) y menos comportamientos alimentarios desordenados. Además, la alimentación consciente puede reducir el estrés y la ansiedad relacionados con la comida, promoviendo una relación más saludable y equilibrada con los alimentos.
Para empezar a practicar la alimentación consciente, trata de eliminar las distracciones durante las comidas. Dedica tiempo a saborear cada bocado y a prestar atención a las señales internas de tu cuerpo. Este enfoque no solo mejorará tu salud física, sino que también puede tener un impacto positivo en tu bienestar emocional.